En 1985–1986, un sector de la dirección del PST colombiano comenzó a promover una orientación de unidad política con una organización sindical, A Luchar, vinculada a la guerrilla. Esto dio lugar a una importante discusión interna. Moreno advirtió que no era correcto y que los acuerdos deberían mantenerse en el campo del sindicalismo y las luchas, dadas las diferencias políticas irreconciliables con la organización guerrillera.