TESIS LATINOAMERICANA (1948)

Nahuel Moreno

Tesis Latinoamericana

(1948)

Material de Archivo por cortesía de Fundación Pluma

Unión Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)

www.nahuelmoreno.org

www.uit-ci.org

www.izquierdasocialista.org

Introducción a la edición 2020

Acompañando la “Tesis Agraria” y la “Tesis Industrial” de la Argentina (incluidas en La estructura económica argentina y accesibles en www.nahuelmoreno.org), Moreno elaboró la “Tesis Latinoamericana”. En ella señaló el carácter semicolonial y atrasado de toda América Latina, así como su papel de productora de materias primas y escaso desarrollo industrial. Destacó el papel preponderante del imperialismo estadounidense, seguido por Inglaterra, con desigualdades en los distintos países latinoamericanos. Moreno explica como aplicar la teoría de la revolución permanente y el programa de transición a los procesos de lucha del proletariado y las masas. En 1954 Nahuel Moreno retomó y actualizó sus definiciones de esta Tesis, en su texto sobre la ofensiva colonizadora del imperialismo yanqui hacia América Latina y la Argentina en particular en “1954, año clave del peronismo” (incluido en El golpe gorila de 1955 y accesible en www.nahuelmoreno.org).

Los Editores

Junio 2020

Tesis Latinoamericana

Estudiada por el Partido Obrero Revolucionario

Ediciones Sociales

Advertencia

Reeditamos la Tesis Latinoamericana de nuestro Partido, editada por primera vez en Noviembre de 1948, con algunas modificaciones y agregados.

Muchos de los puntos que toca han envejecido y necesitarían ser revisados, reactualizándolos. Desgraciadamente, la premura por imprimir la vieja tesis ya agotada nos ha impedido efectuar todas las correcciones que son imprescindibles.

De las pocas correcciones que hemos hecho se destaca por su importancia la que se refiere a los Partidos Políticos latinoamericanos, porque es una modificación de nuestro viejo análisis.

Cuando escribimos 1a Tesis nombrada no habíamos llegado a descubrir que la lucha entre exportadores e importadores como también entre productores nacionales y agentes directos del capital financiero extranjero, habían sido un factor importante en la vida política de nuestros países. En esta reedición obviamos ese error. Las otras modificaciones son de forma.

La redacción

Circa 1950

Primera Parte

1. Definición y ubicación de Latino América

a) Qué es un país semicolonial

Es obligatorio que señalemos antes de definir a Latino América cuales son los rasgos distintivos de un país semicolonial y atrasado.

Debe establecerse un límite entre los países que tienen un desarrollo capitalista como Checoeslovaquia y Francia y que en un determinado momento se transforman en una semicolonia política de los países que teniendo por el contrario independencia política tienen una dependencia económica decisiva del imperialismo.

Todos los países atrasados y semicoloniales tienen las siguientes características comunes:

1) En el mercado mundial y de acuerdo a la división mundial del trabajo, controlada por el imperialismo, son productores y vendedores de unos pocos y específicos productos que son siempre materias primas o productos agropecuarios en bruto o semielaborados.

2) No tienen producción de máquinas. Su desarrollo industrial es doble: para el mercado mundial la elaboración o semielaboración de las mercancías requeridas por éste, para el mercado interno productos de consumo, principalmente textiles y de alimentación.

3) El mercado interno de los países vendedores de productos agrarios está sustancialmente basado en la producción agraria. De ahí la dependencia del mercado interno del mundial. Los centros industriales y el mayor desarrollo capitalista están en las zonas agrarias y en sus centros comerciales.

4) El bajo nivel de producción origina una alta cuota de beneficio que los capitales extranjeros usufructúan ingresando capital industrial y financiero, que desarrolla capitalisticamente al país atrasado, pero superponiendo a los distintos tipos de explotación precapitalista o inaugurándolas.

5) Por consiguiente la dependencia del país atrasado del imperialismo está asentada en tres factores: la falta de máquinas, la dependencia del mercado mundial y la influencia del capital financiero extranjero en su desarrollo capitalista, teniendo como consecuencia un nivel de producción bajo y una relación favorable a la producción agrícola en cuanto a la población ocupada.

b) Los países latinoamericanos son atrasados y semicoloniales

1) Todos los países latinoamericanos producen y venden en el mercado mundial unos pocos productos, que son materias primas o productos agropecuarios. En Brasil, el 40% de sus exportaciones, lo representa el café y el 75% cinco productos agrarios. Argentina tenía el 84% de sus exportaciones basado en el trigo, lino, maíz y productos pastoriles. En México, el 79% son minerales y en Chile el 78%. Venezuela tiene el 90% de sus exportaciones en petróleo, Colombia el 61% en el café y 35% en petróleo, oro y platino, Cuba el 80% en azúcar y productos derivados, Perú el 50% en cobre y petróleo.[1]

2) La producción de máquinas en los cuatro países latinoamericanos más importantes carece de importancia. En Brasil, de acuerdo a las últimas estadísticas del año 1940, la fabricación de máquinas ocupa 27.069 o sea el 3,3% del total de obreros ocupados.

Argentina tiene 1,3% de sus obreros ocupados en la producción de máquinas de segunda importancia, después de la guerra, o sea: 11.000 obreros sobre 800.000.

México en el año 1940 tenía bastante menos del 1% de su producción total industrial (computando la extractiva) dedicada a la producción de maquinarias.

Chile al igual que México, no tiene un rubro especial en sus estadísticas dedicado a la producción de maquinaria, pero si calculamos 15% de la producción de productos metálicos (principales talleres metálicos y las principales fábricas siderúrgicas, pero no otros establecimientos metalúrgicos) nos da, aproximadamente, el 1% de todo el personal ocupado en la producción de máquinas.[2]

La manufactura de Latino América se ha limitado principalmente a la producción de artículos de consumo como señalaba la Comisión Arancelaria de los Estados Unidos, en un estudio sobre Latino América. Es necesario agregar que existen importantes ramas industriales no dedicadas a los artículos de consumo sino a las materias primas, pero siempre son para la exportación.

Brasil en el año 1942-tenía 28,2% de los obreros ocupados en la producción de tejidos y el 16,6% en la alimentación, lo que hace un total de 44,8%.[3]

En la República Argentina las dos principales ramas industriales son las mismas que en el Brasil y constituyen el 35% de los obreros ocupados, con la construcción y metalúrgicos el 60%.[4]

En México, en 1940, cuatro ramas industriales totalizaban el 70% de todos los obreros ocupados, dos ramas trabajaban para la exportación, minas. y plantas metalúrgicas (41.310 y 18,298 obreros respectivamente) y dos para el consumo interno, textiles y productos alimenticios (97,537 y 60,804 obreros respectivamente).[5]

Chile se encuentra en la misma situación, tiene 80,000 obreros en las empresas mineras y metalúrgicas que trabajan para la exportación y 40.000 trabajadores en las empresas textiles y de la alimentación. Como en los otros países ya considerados, estos son los cuatro rubros más importantes y significan el 60% de todos los obreros que trabajan en la industria chilena.

3) El mercado interno de los países latinoamericanos se asienta principalmente sobre la clase agraria, que es la mayoritaria o la determinante. El mercado mundial, al abrir regiones a la producción de mercancías especiales, obra sobre el mercado interno agrandándolo y a veces creándolo. La ligazón entre mercado mundial y mercado interno es por lo tanto completamente estrecha en aquellos países que producen fundamentalmente productos agrarios,

La región paulense en Brasil y la de Buenos Aires en la República Argentina son dos ejemplos. La primera con 1/6 de la extensión de todo el Brasil, produce el 85% de la producción agrícola de todo el país y tienen el 74% de todos los ferrocarriles, el 67% de sus carreteras, el 87% de sus vehículos, el 90% de su energía eléctrica y el 89% de-sus fábricas. La segunda, si computamos la Capital Federal que está dentro de su territorio, con el 40% de la producción agropecuaria de todo el país, tiene el 60% de toda la producción y el 40% de la población.

4) El ingreso de capital extranjero sobre Latino América ha sido constante de 1913 a 1929. El capital de los EE.UU. y Inglaterra invertido en Latino América aumentó entre esas fechas de 6.225 a 11.476 millones de dólares. Durante la guerra, los EE.UU. colocaron varios millones. A esto hay que agregar la plusvalía capitalizada. Las estadísticas posteriores son parciales y se contradicen, pero se puede asegurar que la penetración de industrias se aceleró a partir de 1930 y 1939.

5) Como vemos los países Latino Americanos son países de un desarrollo productivo bajo, que no producen máquinas en escala importante, que están divididos por el mercado mundial en productores específicos de determinados productos agropecuarios o mineros, que el capital financiero ha ingresado e ingresa en cantidades astronómicas y que desarrolla la producción capitalista. Este bajo nivel de las fuerzas productivas lleva como contrapeso la importancia decisiva de la producción y población agraria de los países latinoamericanos.

c) La producción agraria

1) La propiedad privada capitalista limita la producción latinoamericana a materias primas, productos agropecuarios y de consumo dejándolos en un bajo nivel de fuerza productiva, pero al mismo tiempo es un verdadero flagelo para el desarrollo de la misma.

La producción racional y concentrada necesita disponer de completa libertad de usufructuar la tierra. La propiedad privada de la tierra por los terratenientes y por los pequeños campesinos impide un desarrollo de la producción agraria latinoamericana. Es así como la desproporción entre el desarrollo de la producción industrial y agraria también se manifiesta en los atrasados países latinoamericanos. Tenemos que mientras la industria ha aumentado en un 100 por 100 desde la guerra de 1914 hasta la fecha en trigo Latino América tuvo un promedio de 8,7 quintales para los años 1921-1930 y 8,1 para el año 1940, que respecto al maíz aumentó en las mismas fechas en un 3% solamente.[6]

2) Los terratenientes, los poseedores de la renta agraria son enemigos del progreso técnico de la agricultura, que no los beneficia en nada, ya que la renta se basa en el monopolio del valor agregado por el trabajo y no a la relación con el capital empleado.

Las explotaciones individuales y familiares (en la Argentina hay 1.200.000 trabajadores agrarios miembros de familia de los productores que trabajan y en Chile hay 107.901 inquilinos, siendo 106.731 miembros de familia, según un censo agrario argentino-chileno) son lo común en Latino América y esto se refleja en el método de trabajo atomizado y poco racionalizado. En la Argentina que es, en relación, el país de mayor desarrollo capitalista, de 700.000 arados aproximadamente la mitad es de mancera[7] y solo 5.000 para tractores.

En Brasil, de acuerdo con el Censo General de 1940, de 1.904.589 explotaciones agrícolas 433.914 poseen máquinas y aparatos agrícolas, de los arados, más del 60% son de mancera.

En Chile de 86.316 explotaciones que usan arados solamente 6.324 son con rueda (Censo Agrario Chileno 1935-36). En México, el atraso llega a tal grado que el 70 u 80 de la población vive en gran parte o enteramente fuera del marco comercial tipificado en las ciudades.[8]

Junto con estas pequeñas producciones que son la amplísima mayoría, que trabajan con una deficiencia técnica, nos encontramos con explotaciones capitalistas modelos, como las cabañas Argentinas o las frutales norteamericanas en América Central y Colombia.

d) La industria latinoamericana, el desarrollo combinado

1) El desarrollo de la producción industrial latinoamericana, su lentitud, su limitación, es la prueba más evidente de la incapacidad del régimen capitalista de elevar en forma importante el nivel de producción de los países atrasados de acuerdo a las necesidades de la vida moderna. Durante la guerra, con condiciones completamente favorables, los países latinoamericanos han aumentado su industria de un 20 a un 30%

Ya hemos señalado como la base del desarrollo industrial latinoamericano es la semielaboración o elaboración de materias primas, cereales y carnes para la exportación y productos de consumo para el mercado interno. Estos son los límites que el mundo capitalista controlado por el imperialismo, pone al desarrollo económico de los países atrasados.

El mercado interno tiene una dependencia estrecha del mercado mundial; es por eso que las más grandes crisis del mercado mundial han servido para el surgimiento de pequeñas empresas, de la misma manera que las distancias a las metrópolis le han permitido sobrevivir y desarrollarse a esas pequeñas empresas a medida que se desarrollaba el mercado interno. El mercado mundial obra por consiguiente de dos maneras: al requerir productos del país atrasado crea y amplía el mercado interno y por lo tanto las pequeñas empresas; en sus crisis (entre ellas las dos grandes guerras) al cerrar o estrechar el comercio o el envío de productos manufacturados de las metrópolis, hace surgir multitud de pequeñas empresas para las necesidades más urgentes y engrandecer las que ya existen.

2) Es así como en Latino-América hay un sinnúmero de pequeñas empresas industriales y artesanales, tantas que sobrepasan la cantidad de obreros industriales como lo demostraremos en el capítulo sobre las clases sociales.

Las pequeñas empresas industriales son numerosas, habiendo aumentado durante la guerra. En la Argentina la proporción de obreros por empresa disminuyó de 14 a 10 de 1941 a 1948. En Brasil en 1938, solo el 29% de las empresas industriales empleaban más de 12 obreros y en la Argentina el 84,8% de los establecimientos tienen hasta 10 obreros y el 22,7% no tienen obreros es decir: son fábricas pequeñas o manufacturas trabajadas por familias.

3) La tendencia de la concentración y centralización de todas estas pequeñas empresas capitalistas no se ve violentamente impulsada por la asimilación de la técnica y capitales extranjeros, es así como en oposición a la atomización y atraso nos encontramos con una gran concentración y racionalización del trabajo, en el otro polo,

En la Argentina el 0.6% de todos los establecimientos ocupa el 32,7% de los obreros. En Brasil del 7% de los establecimientos ocupan el 50% de los obreros industriales a un promedio de 75 obreros por establecimiento y en San Pablo los establecimientos con más de 1.000 obreros representa el 1.1% de todos los establecimientos.

e) El capital financiero extranjero y su influencia sobre el desarrollo económico latinoamericano, especialmente sobre su industria

1) En líneas generales, el capital extranjero invertido en Latino América ha seguido la línea de comercio y de desarrollo económico de los países. Es así como las principales zonas de inversión de capital por un país imperialista esté en relación directa generalmente con las relaciones comerciales de ese país o zona con la metrópolis.

A medida que progresa el comercio de los EE.UU. en Latino América, se ensanchan sus inversiones de la región del Caribe a todos los otros países sudamericanos. En 1913, Latino-América compraba a los EE.UU. el 25% del total de sus compras, en 1918 el 53%, en 1929 el 39% y en el 1938 el 35%. EE.UU. tiene invertido en Latino América 1.242 millones de dólares en 1913, 5.587 millones en 1929 y 4.052 millones en 1939. Por otra parte, los EE.UU. en Latino América, que casi monopoliza el comercio de la región del Caribe, monopoliza también sus inversiones.[9]

EE.UU. tiene la mitad de sus inversiones directas inmediatas en América Latina, lo que indica el dominio que ejerce sobre nuestro continente. Es así como los préstamos del Wall Street no están repartidos de acuerdo a las distintas zonas comerciales de EE.UU.

La Argentina con estrechas relaciones comerciales con Europa ha sido y es el baluarte de las inversiones europeas. A medida que ha ido desalojando los EE.UU. a los países europeos del comercio argentino, los ha ido alejando del lugar ocupado en las inversiones. En 1929 casi la mitad de las inversiones extranjeras en Latino América estaban en la Argentina.

Las inversiones a préstamos no están estrechamente ligadas como las directas al comercio; es que más que un instrumento del dominio y explotación directa es un medio de obtener concesiones y servir para la penetración ya sea comercial o financiera de EE.UU.

Los períodos y tipos de inversiones acompañan el proceso de las economías Latinoamericanas.

Antes de 1913 y sobre todo a fines del siglo pasado, cuando de lo que se trataba era de abrir los países latinoamericanos al mercado mundial, el capital extranjero construyo ferrocarriles y dio, para obtener concesiones comerciales, préstamos a los gobiernos. Desde principio de este siglo y en forma acelerada después de la otra guerra las inversiones extranjeras se colocan en las explotaciones directas que interesan al capitalismo extranjero, y en las empresas de productos de consumo interno, esto último cuando el mercado interno ha logrado alguna importancia. Es así como el control imperialista de la industria está en relación directa con la importancia que va logrando el país y no a la inversa.

La naturaleza de los períodos diferencia a los dos imperialismos inversionistas más importantes. Inglaterra, el más viejo, tenía en 1939 el 72% de sus inversiones en valores oficiales y ferrocarriles. En la misma fecha los EE.UU. tenían un 66% de sus inversiones directas en Latino América dedicadas a las explotaciones: minera, petrolera, agrícola e industrial.

2) Al Ministerio de Comercio de los EE.UU. en un estudio dedicado a la Argentina se le escapa esta confesión que debe ser generalizada a toda Latino América, “Argentina es un extraordinario ejemplo de la dificultad de distinguir entre las empresas nacionales y extranjeras y especialmente entre lo que se refiere a la industria”. Efectivamente, la ligazón del capital financiero extranjero ha sido y es tan íntimo a las más grandes empresas industriales que resulta difícil encontrar en Latino-América una gran empresa industrial que no sea extranjera o no tenga participación del mismo tipo.

El control imperialista sobre las principales empresas industriales es un hecho concluyente en los dos países más importantes de Latino América.

Brasil, de sus dos ramas más importantes: la textil y la alimenticia, tiene solo cuatro fábricas importantes de rayón de las cuales dos son filiales extranjeras, la de Matarazzo no sabemos si sigue manteniendo las estrechas relaciones que otrora mantuvo con los bancos ingleses, no sabemos la filiación de la cuarta. De las otras empresas textiles una de las más importantes pertenece al consorcio inglés que domina la más importante empresa textil de la Argentina. De la industria alimenticia podemos decir que, los principales molinos pertenecen a empresas inglesas o al trust que también domina la Argentina y que es de dependencia Belga.

De los seis frigoríficos más importantes, tres son yanquis, dos ingleses y el sexto pertenece a Matarazzo. El 59% de la producción de los altos hornos lo hace una empresa belgas la Belgo Mineira, y la empresa en construcción en Volta Redonda, la Compañía Siderúrgica Nacional está dominada por los yanquis, lo mismo que la federación Nacional de Motores de Brasil.[10]

En la Argentina, lo mismo que en el Brasil, la rama más importante es la de la alimentación. Las empresas industriales son importantes en la primera, especialmente los frigoríficos que suman el 5% del total de los obreros industriales del país y en su totalidad son extranjeros. En la industria del azúcar los dos molinos más importantes pertenecen a capitales ingleses y belgas. El trust de la cerveza argentina pertenece a la Brasserie Argentine Quilmes empresa francesa. En la rama textil las cinco mayores empresas pertenecen o están íntimamente ligadas al capital extranjero. La empresa industrial que más ganancia anual y más capital tiene es la CADE que pertenece a la SOFINA. De las cinco empresas metalúrgicas más importantes, cuatro son filiales directas de capitales extranjeros, la CATITA, la SOFINA, la IMPA trust austro-germano intervenida por el gobierno, TAMET capital belga, ARMCO filial de la American Rolling Mill Co. La otra la “independiente” SIAM Di Tella está íntimamente ligada a la Westinghouse a partir de 1941. Si resumimos, nos encontramos con que más del 70% del capital industrial argentino es extranjero.

3) Es un grave error creer que la guerra ha servido para que las grandes empresas industriales se independicen del capital extranjero.

Durante la guerra, sobre todo en los tres países más industrializados de Latino América, Brasil, Argentina y México, se observó dos fenómenos comunes: el ingreso de ingentes cantidades de capital extranjero y la capitalización de las ganancias de las empresas extranjeras. Consultando revistas especializadas se aclara el panorama.

“Brasil fue el país que recibió durante la guerra mayor cantidad de capital europeo.”

Argentina. The Review of the River Plate, enero y septiembre de 1941 menciona la decisiva importancia del capital europeo ingresante que está transformando la economía del país. Memoria del Ministerio de Hacienda del año 1941 y 1942 sobre el inesperado ingreso de capital europeo que alejó el peligro de brutal crisis y no hizo necesario recurrir a los préstamos del Banco de Exportación e Importación.

“Además el capital de inversiones aumento rápidamente. Esos fondos se originaron en parte dentro de la propia industria manufacturera y ganaderas argentinas y en parte en Europa, capitales que buscaban refugio y oportunidades de inversión en la misma Argentina”. Interrogatorio taquigrafiado a [ilegible], representante de Sofina en la Argentina, donde informa que se envía las ganancias de [ilegible] y las centraliza formando cuatro empresas financieras para intervenir en la producción.

México. Revista Panamericana Comercial, “National economy of Mexico”, revista del Banco de México. “Continuó adelantando el proceso de industrialización con fundamentos de capitales mexicanos y mixtos.” “Influyeron también en la balanza de pagos la retención en el país de la mayor parte de las utilidades extranjeras que en otros años se enviaba al exterior… y cantidades de fondos que han entrado a la república con fines de inversión.”

La reserva monetaria acuso en 1945 un nuevo incremento, reflejando el mismo fenómeno que ocurrió en años de la guerra, retención de parte de los intereses y dividendos que normalmente se enviaban al extranjero y que en muchos casos se han reinvertido, y entradas de capitales atraídos por los elevados tipos de interés del mercado local, etc., etc.”

f) Latino América, un apéndice de los EE.UU.

1) Ya hemos señalado el brutal ascenso de la penetración yanqui en Latino-América desde fines de la guerra pasada hasta el año 1929. A partir de entonces el proteccionismo iniciado por Inglaterra da algunos pequeños frutos y EE.UU. se ve obligado a retirarse comercial y financieramente de algunos países especialmente de la Argentina.

Durante la guerra se ha repetido el fenómeno anterior. EE.UU. ha ido desalojando drásticamente a su rival ingles de casi toda Latino América. Ha cumplido un rol de fundamental importancia el Banco de Exportación e Importación de EE.UU; casi no hay empresa de importancia iniciada durante la guerra que este Banco no haya financiado. EE.UU. quiere utilizar a Latino América como productora de materias primas y productos de consumo, que necesita el imperialismo yanqui. Se encuentra sin embargo con el siguiente problema que los productos agropecuarios, especialmente de la Argentina y Uruguay, no son asimilables para el mercado yanqui; de ahí nace un gran antagonismo entre los terratenientes argentinos, uruguayos, y del sur del Brasil con el imperialismo yanqui.

Norteamérica trata de obviar este inconveniente en su beneficio, transformándose en el comerciante al por mayor de estos productos. Sus esfuerzos en centrar en un organismo Mundial o Americano los productos agropecuarios tienen ese sentido. Por otra parte, durante la guerra, como ya hemos señalado, han entrado a Brasil y Argentina enormes cantidades de capital Europeo que sumados a lo que ya existen forman un fuerte block a los yanquis.

2) El servilismo de los gobiernos y clases explotadoras nacionales frente al imperialismo yanqui es innato pero no evita roces que son inevitables. Determinados sectores de terratenientes e industriales tienen inconvenientes con ese imperialismo respecto a la colocación de las mercancías los primeros, y a la competencia en el mercado interno los segundos. Esto se refleja en las pequeñas cuestiones y discusiones diplomáticas que se suscitaron en la Conferencia Latinoamericana. Sin embargo el caso de la oposición Argentina es un caso especial. La Argentina ha tenido serios roces con el imperialismo yanqui, no desde que subió el nuevo Gobierno Peronista, sino desde hace décadas, desde el mismo surgimiento de la Unión Panamericana, es que en la Argentina se dan todos los factores para resistir a la presión del imperialismo yanqui mejor que en cualquier otro país latinoamericano; de pendencia del mercado europeo, e influencia directa del imperialismo inglés. A pesar de todo, la Argentina se ha visto obligada a ceder en muchas oportunidades, y la misma dependencia de Inglaterra la obligaran a ir cediendo posiciones frente al imperialismo rival.

g) Los movimientos del proletariado y de masas en post-guerra

En general, en Latino América la guerra no ha provocado un violento ascenso revolucionario. Esto se debió a varias razones. La primera, la inexistencia en esta post guerra para Latino América de una crisis económica profunda. La segunda, la falta de un triunfo decisivo del proletariado en Europa, triunfo que hubiera provocado con toda seguridad una crisis revolucionaria en los principales países de Latino América, como consecuencia de la rápida asimilación ideológica del proletariado.

El criterio Octubrista y Geceista[11] que partiendo de una premisa justa —la post-guerra abre la época de la crisis revolucionaria más profunda de la historia— extrae la conclusión que en todos los países y regiones del mundo se da esa crisis revolucionaria, es completamente falso.

Ese criterio mecánico debe ser violentamente rechazado, porque nos puede llevar a derrotas pavorosas. La caracterización general de la época no anula las contradicciones y análisis preciso de los periodos y países. La caracterización general que el triunfo de Hitler consolidó a la burguesía mundial y al imperialismo, sigue siendo justa a pesar de la ofensiva del proletariado Español y de la Revolución Española.

Para los principales países latinoamericanos, le década 1930-1940 significó un violento ascenso revolucionario, producto de la crisis mundial del capitalismo y del callejón sin salida a que se vieron abocados estos países y. sus clases trabajadoras.

La superación a medias de la crisis mundial y la guerra posteriormente, permitieron a los gobiernos latinoamericanos y a las clases explotadoras pasar a la ofensiva y establecer regímenes más o menos estables.

La fecha de la crisis revolucionaria o del extremo antagonismo de las clases varía de país a país latinoamericano, lo mismo que la liquidación de esta crisis. Brasil antecede a todos los otros países. En el año 1930 se abre una etapa revolucionaria y en el año 1937 se cierra con el Estado Novo.[12] En México y Chile la crisis revolucionaria fue más duradera y extensa a consecuencia de la permanente crisis económica de estos países y al problema agrario en el primero de ellos. En la Argentina el ascenso revolucionario no se presentó junto con la crisis, sino posteriormente, a medida que la producción industrial crecía. La guerra liquida este ascenso revolucionario general en Latino América.

La post-guerra trae aparejado un proceso de reacomodamiento no solo económico sino político en todos los países latinoamericanos. El proletariado juega un rol importante en ese proceso de reacomodamiento. Por un lado, buscando mejoras económicas que lo compensen de la inflación general; por otro lado apoyando políticamente a unos sectores burgueses contra otros. La acción del proletariado latinoamericano no ha salido en la post-guerra del marco de la lucha política burguesa. No hubo ninguna crisis revolucionaria: antagonismo entre un país y el imperialismo (tipo Cárdenas) o una movilización política seria del proletariado contra la burguesía.

Esto no quiere decir que el proletariado no vaya adquiriendo una colosal experiencia y que bajo la aparente tranquilidad no se vaya acumulando enormes posibilidades revolucionarias. Los mejores cuadros de la clase obrera asimilan las experiencias y tienden a sacar conclusiones de ellas. Las condiciones son inmejorables para nuestro trabajo de penetración dentro del proletariado, siempre que seamos consecuentes y no nos desanimemos.

Dentro del terreno económico la situación se presenta semejante. La situación privilegiada de Latino América producto de la guerra y post-guerra pasará inevitablemente y al igual que en 1929 los países latinoamericanos serán de los más castigados por la crisis mundial. Las posibilidades para una crisis, sin salida por vías burguesas, son hoy más fuertes que nunca.

La crisis económica y revolucionaria existe en Latino América no como una realidad sino como posibilidad inmediata, a corto plazo. En ese sentido se puede comparar esta situación a la de1912-14 en Rusia, es decir, como una situación pre-revolucionaria.

Una excepción a este caso es Bolivia. Justamente esta excepción es una confirmación a nuestra Tesis. La crisis revolucionaria Boliviana es un producto de la crisis sin salida de la minería de ese país en la post-guerra.

Segunda Parte

Las clases sociales latinoamericanas

a) Los terratenientes

1) Es la clase dominante y la más fuerte, excepto el imperialismo, del sector de los explotadores. El monopolio que ejerce sobre la tierra es casi absoluto. En Chile de acuerdo con el Censo de 1936, el 52,4 % de las tierras censadas pertenecen al 0,3 % de los propietarios censados. En la Argentina, in la Provincia de Buenos Aires, 4.663.315 hectáreas pertenecen a 50 familias.

La renta agraria del terrateniente tiene dos soportes fundamentales, el trabajo del agricultor y el mercado mundial.

2) Su dependencia del mercado mundial es decisiva.

En torno al mercado mundial surgen sus relaciones con el imperialismo. Mientras el mercado mundial absorba los productos agrarios que le permiten embolsarse la renta agraria, los terratenientes serán los mejores agentes y socios del imperialismo. Otra cosa ocurre con la crisis, el mercado mundial se cierra entonces para los productos agrarios, como ocurrió a partir de la crisis del año 1929. Entonces los terratenientes tienen roces más o menos violentos con el imperialismo y exigen el cumplimiento de dos medidas: el proteccionismo fiscal para cargar el salvataje de la renta agraria sobre la manufactura imperialista y los trabajadores, y el trato preferencial para el imperialismo comprador, de cualquier manera el proteccionismo. Es así como el proteccionismo que se llama industrial se inicia en Latino América a partir de la gran crisis del año 1929 y como una reacción de los terratenientes. El proteccionismo tuvo dos objetivos: cargar sobre el pueblo trabajador parte de las pérdidas o de la baja de la renta agraria y facilitar la diversificación de la producción agraria impidiendo la entrada de productos agrícolas o manufactureros que pueden ser elaborados con materia prima nacional Esa es la razón que los roces entre los terratenientes y el imperialismo durante la crisis no vayan acompañados de medidas contra el ingreso de capital extranjero, sino que lo facilita.

3) En los países latinoamericanos no hay una oposición seria entre los intereses de los sectores industriales más fuertes y los terratenientes.

Esta obedece a un motivo importantísimo, a que los terratenientes capitalistas no surgen en Latino América al compás de la producción industrial como en los países de la Europa occidental, sino al compás del mercado mundial y que por consiguiente como clase es primera en el escenario local y mucho de ellos capitalizan sus rentas en la industria o como capitalistas en el campo y posteriormente ocurre el fenómeno inverso, muchos industriales capitalizan en tierras sus ganancias.

b) La burguesía, agente del imperialismo

1) Trotsky ya ha señalado que jamás la importancia social de la burguesía de los países semicoloniales o coloniales marcha de acuerdo con la importancia de la industrialización.

Por otra parte, los sectores más altos e importantes de la burguesía nacional tienen una ligazón estrecha con el capital extranjero y esta ligazón, como también señala Trotsky, se estrecha día a día. Por otra parte, tiene una dependencia absoluta de la maquinaria extranjera. No es necesario volver a resaltar la unión de los sectores más fuertes de la burguesía con los latifundistas. En todos los países más adelantados de Latino América, se establecen vínculos estrechos entre el capital financiero extranjero, los terratenientes y burgueses nacionales, estos sectores se trustifican entre sí, constituyendo el sector monopolista y dominante.

Es necesario hacer resaltar que no existe una burguesía nacional Latinoamericana, sino 20 burguesías, una para cada país, con sus intereses específicos y muchas veces contrarios. Esto es producto de la atomización del mercado latinoamericano y origina la terrible debilidad de las burguesías nacionales, aun de las más fuertes. Este hecho remarcable, porque algunos camaradas comparan la situación de ciertos países latinoamericanos con la de la India o China, donde existen una sola burguesía que tienen un peso económico y político absoluto enormemente superior a las burguesías atrasadas de los pequeños países latinoamericanos. No bien la pequeña industria se desarrolla en algún país latinoamericano un poco, lo pequeño del mercado interno obliga a esas burguesías a buscar los mercados de los países cercanos. Ese es el caso de la Argentina, México y Brasil.

2) La ley capitalista indica que frente a los obreros, los capitalistas son hermanos y entre sí enemigos a muerte. Esa relación se establece entre el imperialismo y la burguesa nacional, ésta siempre lucha por una participación mayor en la plusvalía.

Las características salientes de este proceso son:

a) Este conflicto se exacerba en épocas de crisis, cuando el imperialismo quiere hacer cargar sobre la burguesía y terratenientes nacionales el peso de la crisis.

b) La burguesía nacional comprende su dependencia del imperialismo, por eso sus sectores más fuertes tratan da llegar y llegan a un acuerdo en detrimento de los más débiles.

c) La burguesía nacional en su conjunto comprende su dependencia del imperialismo y su rol subordinado y por tal motivo siempre sus roces no tienen más que un objetivo: lograr un mejor arreglo, jamás el desalojo liso y llano del imperialismo. Por eso es el capataz mayor, el agente de este; porque el capital extranjero siempre sigue controlando y llevándose la mayor parte de la producción y de la plusvalía, porque la burguesía nacional si tiene roces con un imperialismo busca un arreglo o depender de otro, nunca independizarse ya que sabe la imposibilidad de esto.

d) En las buenas épocas económicas los roces entre el imperialismo y la burguesía nacional casi no existe, en ello se cumple lo que señalaba Marx referente a la competencia entre capitalistas en las buenas épocas económicas.

3) Ya hemos señalado la importancia numérica de los artesanos y pequeños productores independientes en las economías latinoamericanas. Las grandes empresas por un lado, las crisis y el imperialismo por el otro, los van desplazando continuamente; al mismo tiempo el proteccionismo y los ascensos económicos la vuelven a hacer surgir, como durante la actual guerra.

Este sector es el que más necesita un proteccionismo firme y decidido. Su antagonismo con el imperialismo es total y se agudiza en épocas de crisis. Su atomización, su respeto a la propiedad privada, como movimiento en sí, la hacen incoherente y sin ninguna posibilidad de éxito. O bien es utilizada por la burguesía nacional para un mejor arreglo con el imperialismo, para aplastar al proletariado, o le queda la otra posibilidad de ser dirigida por el proletariado. Lo fundamental es que, a pesar de su imposibilidad de jugar un rol independiente, su peso es decisivo para el movimiento revolucionario

4) Numéricamente el sector más importante de la población latinoamericana son los pequeños campesinos. Debemos distinguir dos sectores: los que trabajan para el mercado y los que no, estos últimos generalmente son indios que todavía conservan sus costumbres, ya que generalmente el mercado va acompañado del ingreso de inmigrantes, y de la asimilación y mestizaje del indio.

c) La pequeña burguesía

1) Debemos dejar de lado la pequeña burguesía acomodada cuyos intereses marchan al unísono de la burguesía media o inferior, para ocuparnos de la pequeña burguesía urbana y rural, que hace la mayor parte de la población trabajadora de Latino América.

La Comisión Arancelaria de los Estados Unidos definió ya hace ocho años a Latino América: “La economía fundamental de Latino América es agrícola, y en alunas partes pastoril. Se calcula que más de las dos terceras parte de la población se dedica a actividades agrícolas (incluyendo las pastoriles). En muchos de los países latinoamericanos una gran parte do esta población agrícola consiste en familias independientes que casi se bastan a sí mismos.”

Esta afirmación está corroborada por el análisis de los cuatro países más desarrollados industrialmente. Brasil “tiene en la actualidad 3/4 de su población trabajadora ocupada en la agricultura y la ganadería”. La Argentina se encuentra en una situación un tanto diferente: 1/6 de su población trabajadora están ocupados en tareas agropecuarias. Siendo alrededor de 2.000.000 de trabajadores agrarios, contra 800.000 obreros industriales. En México “aproximadamente el 76% de la población trabajadora de la república está ocupada en actividades agrícolas.” En Chile el 32,9% de la población trabajadora está ocupada en la agricultura (Corporación de Fomento de la Producción, Tomo 1, años 1940-45).

Es así como en Latino América, debido a las necesidades del mercado interno, surgen y existen multitud de pequeñas empresas industriales, manufactureras y artesanales que dan ocupación al otro sector más numeroso de la población, a la pequeña burguesía urbana. En Brasil se calcula que hay artesanos en una cantidad alrededor del doble de la de obreros industriales. En la Argentina hay un poco más de un millón de artesanos o sea una cantidad igual o mayor a la de obreros industriales. En México, en 1930 había 386.759 artesanos en oposición a 305.402 obreros dedicados à la industria. La primer cifra tiene todos los visos de ser inexacta ya que si bien el Censo del año 1940 de México no incluye ningún rubro sobre el trabajo artesanal, aparece un rubro como teniendo más trabajadores que ninguno, aun en el trabajo agrícola que es el que le sigue, es el “trabajo doméstico”; presumimos que dentro de ese rubro entran los artesanos. En Chile el mismo fenómeno, hay tantos o más artesanos que obreros industriales, de 296.000 personas dedicadas a la manufactura y oficios en 1930 sabemos que en el 1940 solamente 116.493 se dedicaban a manufacturas.

El primer sector es completamente sensible a las crisis. El cierre del mercado mundial y la política estatal de salvar la renta agraria, la hacen cargar sobre sus espaldas todo el peso de esta. Se encuentra en la misma situación que la pequeña burguesía pero agravada su atomización por las distancias. Igual que ésta o es utilizada por la burguesía nacional para un mejor arreglo con el imperialismo o es orientada por el proletariado para la nacionalización sin pago de la tierra, única forma de eliminar la explotación de que la hace objeto los terratenientes.

d) El proletariado

1) El proletariado urbano conoce la explotación combinada del imperialismo y la burguesía nacional. Por otro lado conoce también, debido a la gran concentración de la industria, la técnica moderna y la disciplina.

Esta es la única clase capaz de luchar hasta el fin contra el imperialismo, la burguesía y los terratenientes nacionales. Su interés último está contra la explotación no habiendo posibilidades de acuerdo o caminos reformistas, su liberación es la destrucción del régimen capitalista. Por otra parte los obreros latinoamericanos para llegar al triunfo necesitan el apoyo de todos los sectores explotados de la población, principalmente del mayoritario, o sea los pequeños campesinos y artesanos pequeños.

2) Los obreros ligados a los pequeños talleres manufactureros, o a las pequeñas explotaciones familiares campesinas, tendrán una concepción mucho más cerca de éstos que del proletariado moderno. Deben ser, sin embargo, la base del movimiento revolucionario en el campo.

Tercera Parte

a) El estado y los partidos políticos tradicionales

1) Todo Latino América se asienta en las siguientes bases comunes: el moderno surgimiento del estado burgués y de las clases burguesas: terratenientes, industriales, obreros y campesinado moderno.

Algunos países durante su colonización se basaron en la economía mercantil trabajando para el mercado de productos agrarios, explotando esclavos, matando ganado o sacando minerales, otros se asentaron sobre la economía natural de los indígenas explotándolos en forma semi-feudal.

Comerciantes, terratenientes, agrícolas, mineros, estancieros, burocracia importada, tales son los sectores dominantes de las colonias portuguesas y españolas. Artesanos, esclavos, indios y peones, tales son las clases trabajadoras y explotadas.

En la colonia o países como México, Perú, Bolivia, que se asientan sobre una explotación semifeudal en el campo, se les presenta un serio problema, el agrario. Será una herencia para los estados y gobiernos futuros.

La carencia de una clase concentrada, centralizada, es la característica primordial de todos los países latinoamericanos antes de este siglo. Hay cierta unidad indiscutible de las clases dominantes, que se basa en las relaciones con el mercado mundial. La unidad que van logrando todos los países latinoamericanos la van logrando a través de sus relaciones con el mercado mundial y se basa siempre en el criterio de las clases dominantes: terratenientes feudales o capitalistas comerciantes. Es en esta sociedad y con estas clases que surgen los estado s modernos latinoamericanos, con toda la burocracia y peculiaridades de los estados Europeos, pero sin las clases europeas fundamentales: la burguesía industrial, la clase media y el proletariado y sin luchas de estas clases contra el feudalismo. Se recibía todos los defectos del estado moderno sin sus virtudes.

Lo mismo ocurrió con los partidos políticos latinoamericanos. Surgieron a la vida cuando el capital financiero se había adueñado del país. Como consecuencia de ello, se corrompió desde un principio la vida política de los países latinoamericanos. A esto se sumó un gran sector de población que no tenía ocupación y que tomó la política como un medio de participar en la renta nacional.

La existencia del capital financiero y de esa base popular pequeño burguesa desclasada, permitió un juego bipartidista en favor del imperialismo. Por un lado el partido “extranjerizante”, “culto”, de los compradores, importadores y agentes del capital financiero, arrastrando a sectores importantes de la pequeña burguesía acomodada o con posibilidades de acomodo. Junto a esto, la existencia de una fuerte burguesía productora, exportadora, dio origen a los “partidos plebeyos”, “anti-extranjerizante”, que se apoyaba en los sectores más amplios de la pequeña burguesía, y que ensaya una tímida defensa de la producción nacional, sobre todo de la que se exportaba.

Pero los grandes productores nacionales también dependen del imperialismo y del capital financiero; de ahí que siempre terminen capitulando a ellos. Por otra parte la falta de concentración y homogeneidad de esta clase, conduce a sus movimientos políticos a la paralización y a la desintegración.

Hay juicios u opiniones que para que queden no es necesario demostrarlos, sino repetirlos, eso ocurre con la supuesta representación de la burguesía industrial argentina que tendría o tuvo la Unión Cívica Radical. Esta afirmación no se basa en ningún hecho, ya que la UCR cuando gobernó ni hizo ningún tipo de proteccionismo industrial, ni de desarrollo de la industria, fueron los gobiernos conservadores los que iniciaron la protección industrial en toda la regla. Pero lo más curioso es que la UCR surgió cuando todavía no existía la verdadera burguesía industrial, es decir de la primera afirmación no nos queda nada.

b) El carácter bonapartista o semibonapartista de los gobiernos

Las relaciones entre los imperialismos rivales, las burguesías nacionales y los terratenientes, los movimientos populares y el moderno estado burgués con sus vicios, hacen surgir necesariamente en los países latinoamericanos gobiernos de tipo bonapartista o semibonapartista. Es preciso señalar las características generales de estos gobiernos.

En épocas de buena situación económica, de desarrollo de la producción y fácil colocación de los productos agrarios, las relaciones entre las clases explotadoras son sin mayores fricciones, y esta característica se refleja en el carácter del gobierno. Este expresa las buenas relaciones entre terratenientes y burguesía y terratenientes nacionales e imperialismo dominate. También en esta época y si el descenso del movimiento popular ha llegado al cenit, se producen gobiernos con muchas características de tipo bonapartista clásico.

En épocas de crisis y roces violentos ya sea entre los terratenientes y el imperialismo o entre la burguesía y éste (por más que los roces de la gran crisis del año 1929 fue entre los terratenientes y el imperialismo), los gobiernos reflejan esta situación y tratan de salvar, sin destruir la explotación imperialista, a los explotadores nacionales, efectuando un proteccionismo fiscal para recargar al imperialismo en parte de las pérdidas y llevando a cabo un proteccionismo en favor del imperialismo comprador. Es decir que en las épocas de crisis y roces, los gobiernos obran de dos maneras: levantando barreras fiscales a las mercancías imperialistas y protegiendo a los imperialismos compradores.

El proteccionismo se lleva y se llevó a cabo fundamentalmente en las naciones donde Norte América no era o dejo de ser un importante comprador, coma medio de proteger a las metrópolis compradoras y de gravar al imperialismo la pérdida de mercados.

2) Los gobiernos latinoamericanos en sus relaciones intergubernamentales con los países imperialistas representa en muchas oportunidades los intereses específicos de un sector imperialista en oposición a los intereses generales de la burguesía metropolitana. Como ocurrió con los gobiernos brasileños, uruguayo y argentino que defendían los intereses de los frigoríficos en las tratativas con el gobierno laborista que reflejaban los intereses de la burguesía inglesa. Otro tanto ocurre con el gobierno boliviano en los convenios sobre el estaño, que defiende a las tres empresas extranjeras dominantes. Estos conflictos diplomáticos no significan una oposición entre un gobierno contrario a la explotación extranjera y el imperialismo; ya que ambos gobiernos de distintas maneras defienden en esos casos la explotación imperialista, es decir, en una contradicción del mismo imperialismo.

3) La tendencia mundial a la estatización o control gubernamental de los sindicatos también se manifiesta en Latino América. La estatización en sí no significa ni una política pro o anti. Imperialista, sino la tendencia general de la trustificación y del capital financiero. Pero como toda medida de tipo político puede ser transformada en una palanca de tipo económico, la estatización sindical es necesario contemplarla en cada caso concreto de acuerdo a las relaciones entre las clases y entre explotadores.

En los momentos de buena situación nacional entre los terratenientes y el imperialismo, el control sindical beneficia a este último que es el sector más poderoso. Por el contrario, en los momentos de roces, la burguesía nacional y los terratenientes desplazados juegan a la democracia sindical y tienden a una protección paternal de los sindicatos como medio de utilizar esa fuerza para un mejor arreglo con el imperialismo. En líneas generales, la estatización sindical beneficia a los sectores monopolistas ya señalados y principalmente al imperialismo que desea por sobre todas las cosas controlar el movimiento obrero

4) Con las nacionalizaciones ocurre lo mismo que con la estatización sindical, no puede ser considerada en si ni como pro o anti imperialista; es necesario contemplarla de acuerdo a las relaciones de clase. Las indemnizaciones de los ferrocarriles en toda Latino América, y sobre todo los ferrocarriles ingleses, ha sido un magnifico negocio por parte del imperialismo. Todos eran ferrocarriles extremadamente viejos, sin renovaciones desde hacía 40, 50 o 60 años, prontos a fenecer algunos contratos, se han hecho pagar por mucho más de lo que valen.

Lo mismo ocurre con las indemnizaciones de empresas petrolíferas en México, en su momento reflejaron todo el ascenso popular anti-imperialista; hoy día significan nada más que una nacionalización que no perjudica el imperialismo dominante. Las nacionalizaciones con buen pago y las sociedades mixtas deber ser consideradas en general como maniobras que permiten al sector monopolista de las economías de los países latinoamericanos controlar a través del estado, la economía de todo el país.

Cuarta Parte

a) El movimiento obrero

1) El reciente surgimiento del proletariado, las fallas y degeneraciones de la II y III Internacional, la debilidad de la primera, el carácter semi-artesanal de muchos obreros, la lucha de la pequeña burguesía y burguesía por libertades democráticas, todo esto ha tenido como consecuencia la no existencia hasta el presente en Latino América de partidos obreros revolucionarios. El movimiento obrero en América Latina adquirió a principios de siglo una forma anarquista y sindicalista. Es decir, una forma individual y económica.

Desde su surgimiento el movimiento obrero latinoamericano tuvo que sufrir violentas persecuciones. Este motivo como así también la podredumbre de la vida política, como el nivel de vida del proletariado latinoamericano, ha tenido como consecuencia el estrecho marco sindicalista del movimiento obrero.

Los grupos de la IV INTERNACIONAL tienen la obligación y el deber histórico de construir los primeros partidos obreros revolucionarios de Latino América.

b) Los movimientos nacionales anti-imperialistas, la lucha anti-imperialista y nosotros

1) El ascenso revolucionario dará un alce enorme a los movimientos nacionales, es necesario que los contemplemos: la inexistencia de una fuerte burguesía industrial que tenga en algún país latinoamericano un antagonismo importarte con el imperialismo, de la misma manera que la “independencia” política, ha tenido como consecuencia la inexistencia de partidos nacionalistas con una orientación y un programa claro, basados en los intereses de una fuerte y concentrada burguesía nacional.

Los movimientos nacionales han sido consecuencia de la crisis permanente de la pequeña burguesía latinoamericana y del campesinado, y como tal han originado movimientos acaudillados por la pequeña burguesía urbana, principalmente los estudiantes y también movimientos indígenas o campesinos. Estos movimientos han adquirido mayor o menor importancia en cada país de acuerdo a dos procesos: importancia del movimiento obrero y situación de la pequeña burguesía.

El carácter de la pequeña burguesía da la tónica de estos movimientos. Estos movimientos tienen una ideología reaccionaria; luchan por hacer una gran nación capitalista de Latino América o de sus países. Reaccionaria y utópica porque pretenden que se logre, en esta etapa declinante del capitalismo, todo un periodo de desarrollo progresivo de estos países bajo el capitalismo. Por otro lado aspiran a paralizar o impedir las consecuencias del régimen imperialista sin destruir a la propiedad privada. El proceso de diferenciación también se opera en los movimientos pequeño burgueses y sus capas dirigentes son asimiladas a los sectores terratenientes, burgueses o imperialistas.

Además estos movimientos pequeño burgueses no miran con confianza al proletariado, se unen a él para luchar contra el imperialismo, transformándose en cualquier momento en baluarte de la reacción, echándole todas las culpas al proletariado. La inexistencia de partidos marxistas ha facilitado su labor.

2) Es obligatorio que los grupos trotskistas lleven a cabo en base a su programa antiimperialista, acuerdos concretos con estos movimientos sobre objetivos comunes. Al mismo tiempo debemos seguir denunciando a la burguesía nacional como agente del imperialismo en el movimiento antiimperialista por su política reformista y de acuerdo, anti-popular y capitalista, y las ilusiones reaccionarias de la pequeña burguesía. Debemos participar en primera fila en todo movimiento popular anti-imperialista o democrático pero distinguiendo y separando bien nuestros objetivos y banderas.

Es decir, nosotros intervenimos y llevamos a cabo alianzas prácticas, para atraer al pueblo trabajador a nuestras filas y soluciones, y solamente lo podremos atraer cuando hayamos desenmascarado la ideología reformista y reaccionaria de la burguesía nacional.

c) La aplicación de la revolución permanente en Latino América

1) Trotsky, con clarividencia, señaló que había dos tareas que unificaban a los pueblos latinoamericanos: la revolución agraria y la liberación nacional del imperialismo.

Para la mayoría de la población trabajadora de Latino América, los pequeños productores agrarios, la única forma de eliminar la explotación del terrateniente es la nacionalización sin pago de la tierra. Ahora bien; la nacionalización de la tierra afecta tanto a los terratenientes como a la burguesía nacional y al imperialismo, el más fuerte e importante explotador del pueblo latinoamericano.

Por otra parte, la explotación del proletariado y la pequeño burguesía por parte de la burguesía nacional y el imperialismo, solo puede ser abatida derrotando al imperialismo, el enemigo más fuerte y poderoso,

Solamente el proletariado por su concentración, su oposición irreductible a la explotación capitalista y por consiguiente al imperialismo, puede encabezar y dirigir la revolución: contra el imperialismo, la burguesía y terratenientes nacionales.

Solamente la dictadura del proletariado, cumpliendo audazmente la revolución agraria y apoyándose en las masas explotadas, principalmente el campesinado, en la lucha contra el imperialismo; sin fijar barreras infranqueables con las tareas socialistas, puede abrir la posibilidad de un amplio desarrollo de las fuerzas productivas.

Ahora bien, la lucha por los mismos objetivos fundamentales y frente al mismo enemigo principal, unifica la lucha de todos los pueblos latinoamericanos dando le posibilidad del triunfo de cada uno y de todos, en la lucha por los Estados Unidos Socialistas Soviéticos de Latino América.

La lucha del pueblo latinoamericano contra el imperialismo debe tener un aliado: el del proletariado de las metrópolis imperialistas, explotado por la misma burguesía. Es decir, la lucha contra el imperialismo y por la liberación nacional debe ser transformada en una lucha internacional para tener éxito.

d) Dos concepciones de la revolución en Latino América: la oportunista y la de la revolución permanente

Todas las posiciones que se dan frente a la revolución latinoamericana se pueden sintetizar en dos: la oportunista y la revolucionaria.

Dentro del oportunismo actúan las corrientes socialistas o pseudo socialistas (Acción Democrática, APRA, etc.)[13] nacionalistas y stalinianas. Los argumentos de los oportunistas se pueden sintetizar en las siguientes posiciones.

1.- Que Latinoamérica o el país de que se trate es un país excepcional, al que no pueden aplicársele las soluciones fundamentales de la Revolución Rusa.

2.- Que el proletariado no puede dirigir la revolución contra el imperialismo y los terratenientes; que la dirección va a pertenecer al pueblo y sobre todo a la juventud estudiantil y a los sectores “cultos” de la sociedad. Los stalinistas hablan de la “hegemonía del proletariado” en la revolución democrática, pero en todos los movimientos que ellos patrocinaron entregaron la dirección a simples agentes del imperialismo o a la agencia nacional de éste, la burguesía.

3.- Que el proletariado no tiene que adoptar medidas que vayan contra la propiedad burguesa para no debilitar el frente de todas las clases contra el imperialismo y los terratenientes.

4.- Existe también dentro del oportunismo una corriente tan peligrosa, por su pensamiento, como la que acabamos de mencionar. La constituyen aquellos izquierdistas que ven un solo antagonismo en Latino América: proletariado y burguesía, y que desconocen la existencia del imperialismo.

Nuestras posiciones revolucionarias se pueden también sintetizar en los siguientes puntos:

1.- Si bien es verdad que de región a región y de país [a país] hay profundas diferencias, también es cierto que todos los países están íntimamente ligados en la economía mundial controlada por el imperialismo, que por consiguiente todos los países o son países imperialistas o países controlados por él. En todos los países los sectores productivos de mayor importancia económica trabajan sobre la base de relaciones de producción capitalista.

2.- Como consecuencia de lo anterior surge que las dos fuerzas más importantes en todos los países sean el imperialismo —como máxima expresión capitalista— y la clase obrera, como el sector más concentrado y tecnificado de los trabajadores. De ahí que solamente el proletariado sea capaz de acaudillar a las masas trabajadoras contra el imperialismo y los terratenientes con posibilidades de éxito.

3.- La única forma de lograr esto —es decir vencer en esta lucha—, no es teniendo consideración a los sectores industriales o a los altos intelectuales del país, sino logrando cada vez un apoyo más entusiasta de los trabajadores. Ahí esta sintetizada la teoría de la revolución permanente.

Aclarémosla un poco. La revolución contra el imperialismo y los terratenientes se fortifica si da respuesta a las necesidades más importantes de los trabajadores, sin tener en cuenta para nada las necesidades o intereses de los grandes bonetes de la política o economía nacional.

Es decir, la revolución no se fortifica si dice: “No repartiremos sin pago la tierra de los terratenientes, porque estos se volverán contra nosotros. Tratemos de lograr un justo medio. Compremos las tierras que no le son necesarias a los terratenientes pagándoselas lo mejor posible.”

La Teoría de la Revolución permanente dice todo lo contrario: démosle la tierra a los campesinos sin pagar un solo centavo a los terratenientes, que a partir de ese momento contaremos con centenares de miles de trabajadores dispuestos a morir por la revolución, ya que esta significa el pedazo de tierra que cultivan. No es nada perder el apoyo o el acuerdo diplomático, tímido, de algunos sectores de terratenientes; si logramos el apoyo ardiente de centenares de miles de trabajadores.

Es decir, la revolución permanente es la teoría que sostiene que la revolución no se detiene, ni se puede detener, porque esta acaudillada por el proletariado y tiene que ir dando satisfacción a las necesidades más sentidas, de los trabajadores sin consideración a los pequeños grupos privilegiados nacionales. Esta es la única forma de fortalecerse día a día y de no debilitarse.

e) El problema democrático

El mundo capitalista ha entrado a la época de la cercenación de las libertades democráticas burguesas. Latino América no ha tenido posibilidades, al igual que los restantes pueblos coloniales o semicoloniales del orbe, de conocer una etapa democrática burguesa. Nacieron al mundo moderno cuando este comenzaba su declinación y han tenido que soportar el yugo de los terratenientes, el imperialismo y la burguesía nacional, que se han esforzado por todos los medios de impedir que existan las libertades democráticas más comunes.

Es así como la mayoría de los gobiernos latinoamericanos han sido o son dictaduras o semi dictaduras, que aunque se cubran a veces con un ropaje democrático niegan generalmente los más elementales derechos democráticos.

Los grupos o Partidos Trotskistas deben ser los más abnegados luchadores por las libertades democrático-burguesas en los países latinoamericanos.

Es importante señalar esto, porque algunas organizaciones supuestamente Trotskistas han criticado el defender las libertades democrático-burguesas más esenciales, como la libertad sindical en la Argentina y Bolivia, porque es luchar a favor de los yanquis.

Si bien es cierto que en determinado momento cualquier sector explotador, entre ellos el imperialismo yanqui, puede luchar o reivindicar libertades democráticas porque así le conviene, como ocurrió en la Argentina, no es menos cierto que nosotros defendemos las libertades democráticas sin dejar de atacar la explotación imperialista y nacional y sin dejar de reivindicar el camino revolucionario y de la lucha de clases como único camino factible.

f) El problema indígena

Algunos países latinoamericanos, principalmente Perú, Ecuador y Bolivia, conservan importantes sectores de población indígena. Esto se debe a que todavía viven encerrados como productores que se bastan a sí mismos y que no trabajan para el mercado. Lógicamente conservan el idioma y las costumbres propias. Los camaradas han dado poca importancia programática a este problema. Es indudable que el problema va estrechamente ligado a la explotación de que los indios son objeto por parte de los latifundistas. Pero aparte del problema de la lucha contra el terrateniente existe el IMPORANTISIMO PROBLEMA DE LAS NACIONALIDADES OPRIMIDAS.

Debemos reivindicar el derecho a la autodeterminación nacional para los indígenas que conservan su idioma y costumbres.

g) El programa de transición

Nuestra más poderosa palanca programática en los actuales momentos, es nuestro programa de transición. Los problemas económicos y políticos que se le suscitan al proletariado latinoamericano, permiten una fácil agitación de las consignas do transición. La carestía continua de la vida, la inevitable crisis harán todavía más útil como forma de movilización las consignas de transición. Es necesario sin embargo que nos detengamos en los problemas más importantes, es decir, que veamos la aplicación concreta a la realidad latinoamericana de ese programa.

h) La defensa de la URSS

Estados Unidos en complicidad con las serviles burguesías y terratenientes latinoamericanos han comprometido a todos nuestros países para la guerra santa contra la URSS por medio del Acta de Chapultepec[14] y de otras Conferencias Latinoamericanas. La defensa continental no solo es eso, sino que es una de las más poderosas armas de penetración del dominio de Estados Unidos.

Nosotros debemos denunciar el tratado como lo que es: como el medio de dominio y control por parte de Estados Unidos de Latino América y como la utilización del pueblo latinoamericano como carne de cañón a favor del imperialismo.

Los grupos y Partidos Trotskistas en la defensa de la URSS y de las conquistas de la Revolución de Octubre, no deben cometer el mismo error que durante la Guerra Imperialista que luchaban contra la guerra a través de platónicas declaraciones de transformación de la guerra imperialista en guerra civil. La defensa nuestra de la URSS es la aceleración de la lucha anti imperialista y de la lucha de clases.


[1]     Comisión arancelaria de EE.UU., “Comercio Exterior latinoamericano”.

[2]     Estadísticas Censos y Anuarios Estadísticos Brasileños, años 1939-40-41-46. Informe del Banco Central de la Argentina. Estadística Industrial Chilena. “Estadística Manufacturera Mexicana”.

[3]     Anuario Estadístico 1939-40-45-46. Respecto a valor total “Panamerican Comercial” da las siguientes relaciones: 39% alimentación y 19,8% textil. De 1940 a 1942 hubo un aumento importante en las dos ramas: de 195.702 a 238.728 obreros la primera, de 107.685 a 140.332 la segunda. Como vemos la guerra aceleró fundamentalmente el crecimiento de las ramas típicas de los países atrasados.

[4]     Estadística Industrial año 1941.

[5]     Estos datos no son sacados del original, por esto es menester reconocer que hay una contradicción con el censo General Mejicano de 1940, ya que éste en el rubro “Minas, Petróleo, y Gas Natural” hace constar 106,706 personas trabajando. Sin embargo, si descontamos los empleados y separamos con precisión los rubros, nos parece que la cifra citada en la Tesis es la justa.

[6]     Institut Agraire International. “Statisque Mondial 1939”, boletines estadísticos de las Naciones Unidas y de la Liga de las Naciones.

[7]     Una mancera, también conocida como esteva, es una pieza de madera colocada en la parte trasera del arado, sobre la cual lleva la mano la persona que ara. [Editor]

[8]     Censo agrario argentino, Año 1937, Censo General Chileno 1930 y Censo agrario 1936. Estadísticas Brasileñas. “Un economista Norteamericano con respecto a Chile comenta que siguen predominando mucho los sistemas y aperos tradicionales, como la trilla con caballerizos y el empleo de la carreta de bueyes y el arado tirados por los mismos animales.”

[9]     Entre el Senador Butler y el Gobierno de los Estados Unidos se suscitó una cuestión Parlamentaria en 1942 sobre las inversiones de capitales yanquis. El primero afirmaba que eran varios miles de millones los dólares invertidos a partir de la guerra. El Gobierno sostenía que eran solamente 300,000.000. La diferencia se deberá posiblemente a que el Senador Butler computaba las inversiones privadas y el Gobierno no.

[10]    Es interesante el caso de esta compañía ya que muestra como el capital imperialista industrializa los países latinoamericanos.

[11]    El grupo Octubre lo encabezaba Jorge Abelardo Ramos (1921-1994). Historiador y político, que tuvo algún vínculo con el trotskismo en los cuarenta, como parte de su concepción centrada en las tareas de liberación nacional. Apoyó al peronismo desde su surgimiento. En 1989 Menem lo nombró embajador en México. El Grupo Cuarta Internacional (GCI) lo encabezaba J. Posadas, quien respondía incondicionalmente a las orientación de Pablo y Mandel, que dirigían la Cuarta Internacional de cuyas filas se alejó en la década del sesenta.[Editor]

[12]    En Brasil se conoce come Estado Novo a la presidencia de rasgos nacionalistas burgueses y dictatorial de Getúlio Vargas entre 1937-1946. [Editor]

[13]    Acción Democrática: Partido socialdemócrata venezolano. APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana): partido socialdemócrata peruano en sus orígenes en los años 1920 y 1930. [Editor]

[14]    El Acta de Chapultepec es un acuerdo panamericano firmado en marzo de 1945 en la Ciudad de México. Impuso la posición de la Doctrina Monroe, con el fin de utilizarla en la Guerra Fría, impulsado por los sectores conservadores de Estados Unidos y fue completada con la creación de Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en 1947 y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1948. (Editor)

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